“Brillar en la noche”: la vida consagrada como esperanza que transforma

“Brillar en la noche”: la vida consagrada como esperanza que transforma

La segunda jornada de la Asamblea Plenaria de la UISG 2025 comenzó con un momento de oración, en profunda escucha del Espíritu. Una síntesis orante permitió reflexionar sobre la experiencia vivida el día anterior.

A continuación, la asamblea acogió con caluroso aplauso a la hermana Simona Brambilla, Misionera de la Consolata, ex prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, invitada a compartir sus reflexiones y su experiencia sobre el tema: “¿Cómo representa la vida consagrada una esperanza transformadora?”

“Nuestro tiempo es como una noche. Pero es en la noche cuando la luna brilla”. Con estas palabras evocadoras, la hermana Simona ofreció una profunda reflexión sobre cómo la vida consagrada puede ser hoy un signo de esperanza transformadora en la Iglesia y en el mundo.
La luna no domina ni deslumbra — continuó la hermana Simona — está en compañía de las estrellas, habita el cielo de la comunión y, precisamente por ello, se convierte en imagen de la Iglesia de hoy: refleja una luz que no es suya, como las consagradas, que solo brillan si están orientadas al Señor. Sin embargo, la noche no es solo oscuridad. Es también espacio de creatividad, intuición y nacimiento. Como en la noche de Pascua, es tiempo de parto para una vida nueva, pequeña, frágil, pero llena de esperanza. En un mundo que teme la noche, la vida consagrada recuerda que es precisamente allí donde Dios habla, donde brota la esperanza, donde toma forma la profecía.

Al concluir su intervención, las participantes plantearon preguntas profundas sobre una formación que no reprima a la persona, un liderazgo humano y profético, y la fidelidad a la misión en contextos de fragilidad. La hermana Simona respondió subrayando la necesidad de iniciar procesos humanos y espirituales profundos, de crear espacios seguros donde cada una pueda “abrir la maleta del corazón” y vivir una autoridad que, como Dios, se hace pequeña, se arrodilla y acompaña con humildad.

La celebración eucarística, presidida por el padre Aitor Jiménez Echave, C.M.F., Subsecretario del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, profundizó en tres palabras clave: fragilidad, compartir y misericordia, interpretando la fragilidad como fuerza del amor que se entrega.

Después del almuerzo y en presencia de la hermana Simona, la UISG quiso también señalar sus 60 años de vida con un gesto simbólico.
Se cortó un pastel para la ocasión, en un ambiente de alegría y gratitud, inaugurando solemnemente el Año Jubilar. Esta celebración marca seis décadas de compromiso, servicio y colaboración entre las congregaciones miembros, unidas en la misión común de testimoniar la vida consagrada en el corazón del mundo.

Por la tarde, la hermana Mary Barron presentó el plan estratégico de la UISG para los próximos seis años, fruto de un camino sinodal que permitió identificar prioridades y acciones a realizar.

La jornada concluyó con las conversaciones en el Espíritu en las mesas de diálogo, seguidas del lanzamiento oficial de la Fundación “The Anna Trust”, una iniciativa dedicada al acompañamiento de las hermanas mayores, nacida de la colaboración entre la UISG y cuatro congregaciones, con el apoyo de la Fundación Hilton y la presencia de la hermana Jane Wakahiu, LSOSF.
“Las hermanas mayores son sabiduría; su testimonio es un tesoro para todas nosotras”, afirmó la Madre Elda durante la presentación.

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