La Vida Consacrada: sembrando esperanza en las fronteras del dolor y la exclusión
La Vida Consacrada: sembrando esperanza en las fronteras del dolor y la exclusión
En un ambiente de profunda reflexión y comunión espiritual, la Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) 2025 vivió su tercer día este 7 de mayo en el Ergife Palace Hotel de Roma, centrando sus trabajos en el tema «Mujeres consagradas: portadoras de esperanza en situaciones exigentes».
La jornada comenzó con una emotiva oración que invitaba a las participantes a ponerse «bajo la mirada de Jesús» y a reconocer, en palabras del poeta Pedro Casaldáliga, que «Es tarde pero es nuestra hora, es el tiempo que tenemos a mano para hacer futuro».
La mesa redonda matutina nos acercó a tres realidades donde la vida consagrada femenina se convierte en signo tangible de esperanza. Desde la Amazonía colombiana, la Hna. Alba Teresa Cediel Castillo, MML, Misionera de la Madre Laura, compartió cómo su congregación lleva más de 95 años caminando «entre ríos y selvas», aprendiendo de los pueblos originarios «el verdadero significado de la esperanza» frente a desafíos como «la quema, la deforestación y el extractivismo».
Desde la frontera entre Estados Unidos y México, la Hna. Lisa Buscher, RSCJ, relató cómo fundó la «Collaborative for Border Ministries«, una iniciativa que reúne a nueve congregaciones femeninas que en 2024 atendieron a más de 29,000 personas migrantes.
«La esperanza no es un sentimiento, es una acción», afirmó con convicción.
Por su parte, la Hna. Margaret Maung, RNDM, compartió la realidad de Myanmar, un país raramente libre de guerras y agitaciones políticas, destacando testimonios de religiosas que han entregado su vida al servicio de los más vulnerables, como la Hna. Ann Rose Nu Tawng, quien se arrodilló ante policías fuertemente armados suplicándoles «que perdonaran a los niños a cambio de su vida».
La Eucaristía del día, presidida por el P. Stanley Lubungo, M. Afr., Superior general de los Misioneros de África, subrayó que ser portador de esperanza «no es soñar con un mundo sin cruz», sino «creer que la vida del resucitado actúa ya en las heridas de nuestro mundo».
Por la tarde, la mesa redonda “Mujeres consagradas: esperanza en una Iglesia sinodal» contó con las aportaciones de las Hnas. Geraldina Céspedes (República Dominicana), Solange Sia (Costa de Marfil) y Shalini Mulackal (India), quienes coincidieron en señalar que la vida religiosa femenina tiene un papel fundamental para impulsar la transformación hacia una Iglesia verdaderamente sinodal.
La Hna. Geraldina Céspedes Ulloa, MDR
propuso pasar «de consumidoras a productoras de sinodalidad», abogando por una «espiritualidad de la inclusión» donde todas las voces sean escuchadas.
La Hna. Solange Sia, NDC destacó tres fuentes de esperanza: el Sínodo como acontecimiento esperanzador para las mujeres, las iniciativas de formación en liderazgo transformacional, y el compromiso de servicio de las religiosas.
Finalmente, la Hna. Shalini Mulackal, PBVM planteó que la vida religiosa tiene el potencial de ser un «faro de esperanza» para una Iglesia sinodal por sus tradiciones centenarias de discernimiento comunitario y gobierno compartido.
La jornada concluyó con un ejercicio colectivo donde cada participante aportó una palabra para responder a la pregunta «¿Cuál es la llamada para nosotras hoy?», formando un mosaico de términos como colaboración, misericordia, escucha activa, faro de esperanza, conversión e inclusión.
El programa continuará mañana 8 de mayo con la pregunta «¿Cómo es la Vida Consagrada una Esperanza Transformadora?».